Comparte con tus compañeros las reflexiones que has hecho al observar la U7 de Gente 1 (1997). Intentad dar respuesta a las siguientes preguntas.
- ¿Cumple la tarea final todas las propiedades de una tarea según la EMT?
- ¿La tarea final será motivadora para todos los alumnos? ¿A lo largo de toda la unidad?
- ¿Se le dan al alumno suficientes herramientas lingüísticas para que pueda realizarla?
He aquí mis reflexiones y comentarios al hilo del foro compartido con los compañeros:
1º ¿Cumple la tarea final todas las propiedades de una tarea según la EMT?
Analizando una a una todas las propiedades que debe tener
una tarea, concluyo que las cumple todas, tal y como muy bien han expuesto mis compañeras Ángela,
Matilde y Gloria. Así, se trata de una iniciativa para el aprendizaje, que consiste en la realización en el aula de actividades de uso de la lengua representativas de las que se llevan a cabo fuera de ella (comunicación real), que posee las siguientes propiedades: tiene- a mi entender-una estructura pedagógicamente adecuada, está abierta a la intervención activa y a las aportaciones personales de los alumnos, requiere de ellos una atención prioritaria a contenido de los mensajes y les faculta al mismo tiempo aetnción a la forma lingúsitica.
Destacaría que a lo largo de toda la unidad, se incide
mucho en la intervención activa y la aportación personal del alumno, lo que
permite que el ejercicio le motive, y al mismo tiempo, requiere que atiendan al
contenido de los mensajes. A modo de ejemplo, cumplen esta función los
ejercicios relacionados con la expresión de sus gustos (me gusta/no me gusta/no
lo he probado), la descripción de sus costumbres alimentarias, o los hábitos
alimentarios de su país.
Como creo que ha apuntado mi compañera Damariz, la parte más débil es la
relativa a la forma lingüística o la gramática, aunque puede que precisamente
la “gracia” del enfoque comunicativo y de la EMT es que la gramática pasa en
ella a un segundo plano y se concentra más en la participación activa de los alumnos,
en la creación de situaciones de comunicación real, y en la motivación. Como
dice mi otra compañera Gloria, me imagino que los autores del manual son personas con larga
trayectoria y si así lo han hecho, habrá un motivo bien fundamentado.
2 º ¿La tarea final será motivadora para todos los alumnos? ¿A lo largo de toda la unidad?
En mi opinión, la tarea motivará a los alumnos si les gusta cocinar, con
independencia de la edad. Tal vez sería más estimulante para los alumnos una
tarea relacionada con la petición de menús o platos en un restaurante,
situación en la que casi todos nos encontramos cuando viajamos a un país
extranjero. En mi caso, al vivir en un país francófono, tengo auténticas
dificultades para entender las cartas de los restaurantes, en cambio, a la hora
de ponerme a cocinar, es más sencillo, porque antes que acudir a un libro escrito
en francés, procuraré buscar recetas que estén escritas en español, en internet
o en mis libros. Y si me apetece elaborar una receta que está escrita en
francés, usaré un traductor de internet.
La tarea final puede no ser motivadora a lo largo de toda la unidad, ya que hay
en esta unidad algunos ejercicios que si bien pueden aportar vocabulario para
dicha tarea final, no añaden nada más, y se desvían del objeto de la mencionada
tarea, como por ejemplo la enumeración de tres buenas y tres malas costumbres
alimentarias, o la relacionada con la familia que se va de acampada y hay que
opinar si se llevan los alimentos adecuados. Especialmente esta última
actividad, puede generar motivación al alumno en cuanto al contenido de los
mensajes (tener que pensar si es suficiente para 5 personas en 4 días de
acampada), pero las formas lingüísticas a que puede dar lugar son bastante
escasas.
En
cualquier caso, imagino que para llegar a la meta o tarea final, el profesor no
tiene porque hacer todas las actividades de cada unidad, sino que se
seleccionará las que considera de mayor interés.
Por otro lado, creo es demasiado
complicado para el alumno elaborar un poema relacionado con el tema de la
comida, y para el profesor, si es de origen español, y no tiene ni idea de
cocina mejicana, ayudar a los alumnos en la tarea relacionada con la confección
de los ingredientes de los platos mejicanos. No obstante este último ejercicio
puede ser interesante teniendo en cuenta que el español no solo se habla en
España.
Creo que se le dan al alumno suficientes
herramientas lingüísticas para elaborar la tarea final,
puesto que la unidad contiene vocabulario relacionado con la comida (huevos, tomates,
etc.), formas de expresar las cantidades, ordinales (primero, después, etc.),
pesos y medidas, verbos relacionados con la elaboración de un plato (se pela,
se mezcla, se corta, se hierve, etc.) y además, se acompaña la receta de una
tortilla española, lo que puede servir de modelo a los alumnos para elaborar su
propia receta. La unidad podría contemplar más verbos relacionados con la
elaboración de un plato, por ejemplo he echado de menos verbos como sofreír,
rehogar, dorar, salar (verbos que se usan frecuentemente en los libros de
cocina), si bien es cierto que éstos últimos requieren un conocimiento más
profundo no sólo del idioma, sino también de la cocina en sí misma, ya que ni
siquiera muchos hispano hablantes nativos sabemos exactamente qué significa o
qué diferencia hay entre rehogar o sofreír.
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